Sígueme en:

Sígueme en:
Twitter: @ibartolome
LinkedIn: Iñaki Bartolomé
Trabajando en: www.ideable.net

domingo, 24 de julio de 2011

¿Un Silicon Valley en Euskadi? ¿Por qué no???

Hace pocos días, asistimos en el Pachá de Bilbao a un evento de Iniciador Bilbao que tenía cierto marchamo a despedida. Eneko Knorr emprendedor vasco y, entre muchas otras cosas, CEO de Ideateca anunciaba en este evento que Ideateca iba a abrir oficina en Silicon Valley, California, y que él se desplazaba allí con su familia. Su argumentación era aplastante: si no estás allí, no estás. Desde luego, no es objetivo de este artículo el poner en duda tan acertada afirmación, ya que estamos totalmente de acuerdo. Pero a uno no le deja de quedar un regusto amargo. Sí, es inevitable, hay que ir a Silicon Valley. Pero ¿tendrá que ser siempre así? Obviamente sí, si desde aquí sigue sin haber iniciativas que apoyen a estas startups.


 

El mismo diario El País se hacía eco hoy de un artículo relacionado con todo esto, sobre la inevitable marcha allí de empresas tecnológicas españolas y cómo la situación del país y la falta de ayudas públicas abocaban a los emprendedores a "emigrar" a este lugar del mundo. Y mientras otros países como China, Rusia o hasta Brasil se están subiendo al carro de este modelo, España está a miles de años luz del mismo. Nos congratulamos de que el turismo este año sube: muerto el ladrillo, el turismo es la panacea. Con ese modelo de crecimiento, no tardaremos en ser una economía por debajo del nº 20. Así de simple. Viva el cortoplacismo.Veamos a continuación el indicador europeo de innovación, marcando en verde Euskadi y España en rojo. En ambos casos, estamos por debajo de la media europea.
No quiero que este artículo se convierta en una triste sucesión de quejas. Vamos a pensar en qué aporta un Silicon Valley y cuáles pueden ser sus secretos:
  • Empresas consolidadas en Euskadi. No quiero que quien no figure aquí se sienta olvidada, será solo un error de quien escribe. Pero lo cierto es que hay empresas tecnológicas de primer nivel, no solo a nivel de Euskadi o estatal, sino incluso mundial: Ideateca , Virtualware, Ikasplay, Anboto, Doocuments, Eurohelp Consulting, Ideable Solutions, INIT Services, etc. ¿Realmente pensamos que con éstas y muchas otras más, no es posible poner en marcha una iniciativa de colaboración que desemboque en nuestro propio Silicon Valley? Joder, que somos de Bilbao!!! :-P
  • Universidades como centros generadores de empleados y emprendedores para las startups que formen parte de este mundo. California tiene su Stanford, pero es que aquí tenemos UPV, Universidad de Deusto, Mondragón, etc. Somos un lugar privilegiado en cuanto a la enorme creación de ingenieros en informática, telecomunicaciones, etc. respecto a otras partes del Estado y hasta del mundo. Desde luego, este punto estaría cubierto de sobra. En el siguiente gráfico podemos además ver la distribución del gasto en innovación a nivel estatal y ver cómo Euskadi está a la cabeza junto a Madrid y Cataluña. ¿No tenemos buenos mimbres para ponernos a ello?

  • Factores culturas y sociales. Mientras en USA se apoya el emprendizaje y se apoya incluso más a quien ha fallado en una iniciativa anterior, aquí toda la envidia es para no apoyar a quien emprende y para decir el famoso "ya te lo decía yo" a quien fracasa. Nos encanta que otros fracasen y hacemos sangre de ello. En los USA hay inversores que no apoyan a quien no haya fracasado antes. Aquí si has fracasado, se te obliga casi a no volver a intentarlo. En ese sentido, Euskadi ha sido durante años un reducto en cuanto a apoyo a los emprendedores, al menos social y familiar. Numerosas empresas vascas llevan décadas abriendo nuevos mercados y saliendo sin complejos al extranjero. Parte de esa cultura lleva años ya instalada aquí. ¿Por qué no aprovecharlo?


  • Inversión. Tras años y años de inversión en ladrillo, la crisis actual al menos ha servido para que los inversores busquen otros medios de mover el dinero. Porque no nos engañemos, el dinero no ha desaparecido. Solo se ha escondido mientras busca dónde colocarse. Obviamente, los fondos de inversión y business angels tienen todas las facilidades legales y fiscales en USA para invertir en startups, y aquí, todas las dificultades. Pero el movimiento se demuestra andando, y solo si desde los propios inversortes y startups se demuestra que es una interesante manera de generar riqueza y empleo, solo entonces se podrán cambiar las condiciones actuales.Y los inversores están viendo que el mundo web 2.0 es una buena oportunidad de negocio.
  • Concentración de empresas tecnológicas. En un artículo anterior de este blog, hablábamos de cómo las diferentes "neuronas" o grupos de trabajo de una empresa digital, deben "chocar" entre sí para aprovechar la energía que surge de esos contactos. Lo mismo ocurre con las empresas. Solo los contactos continuos, las sinergias entre ellas, pueden hacer que sus negocios crezcan, que las colaboraciones logren mayores fortalezas y que la dinámica de todas las empresas implicadas sea positiva. La cercanía tanto física como "ideológica" son claves para generar valor. En Silicon Valley, las empresas se compran, se conocen, negocian y firman acuerdos en base a la cercanía que existe entre todas ellas. Es el lugar donde estar porque todo ocurre allí, y ocurre precisamente por estar. Euskadi necesita lo mismo. Pero un lugar geográfico común, sin más, no es nada. Es más importante la voluntad de "crear" esa comunidad la que debe prevalecer.
  • Crear comunidad. Conocemos el concepto de centro tecnológico que se ha extendido por Euskadi y el resto del Estado. ¿Es suficiente solo esto para crear innovación? Los centros tecnológicos cumplen una función de I+D, pero solo como apoyo a otras iniciativas investigadoras de universidad, empresa, administración, etc. y centradas en la colaboración interregional, europea, etc. Desde nuestro humilde punto de vista, las startups están en otras cosas, y el tener que acudir en consorcios con centros tecnológicos para que éstos se queden con el 95% de las subvenciones y aquellas con un 1% del conocimiento, nos parece un buen modelo de negocio y crecimiento para los centros tecnológicos. Desde luego, no para las startups. Por lo tanto, entendemos que son las mismas startups las que deben buscar las colaboraciones entre ellas, sin esperar que nadie les ayude.

Desde aquí defendemos la creación de un espacio, más virtual que físico, al menos en su comienzo, donde todas estas startups intercambien conocimientos y creen sinergias entre ellas. No aspiramos a un montón de dinero público para un montón de pabellones no se sabe dónde, que generen un enorme gasto público, que por el camino se llenen unos cuantos bolsillos y dentro de unos años tengamos iniciativas vacías, sin contenido, y un montón de dinero dilapidado. Llevamos muchos años viendo que ese modelo no funciona, excepto para unos pocos aprovechados. Demandamos voluntad real, por parte de todos, sobre todo de la iniciativa privada, en el sentido de hacer comunidad y apoyarnos unos a otros. Y a las Administraciones Públicas, pedirles al menos que no pongan palos en las ruedas. Que montar una empresa no signifique pagar impuestos como locos desde el minuto 1 (subrealista) ni tener que realizar miles de trámites, más propios de la URSS en los sesenta que de un país que se dice avanzado en pleno s. XXI. No más ancha banda de la peor calidad según la OCDE, no más leyes nacionales (Sinde) para iniativas internacionales en Internet, no más múltiples impuestos antes de tener ni un producto que vender, devoluciones del IVA más ágiles, eliminar trabas burocráticas, etc.

Desde aquí proponemos poner en marcha foros de encuentro entre empresas, asociaciones de startups e inversores, business angels y llamar a universidades, administraciones y centros tecnológicos a estos foros, para generar nuestro propio Silicon Valley en Euskadi. Que después esto dé lugar a un lugar físico común es lo menos importante. Lo importante es la voluntad de hacerlo.

viernes, 15 de julio de 2011

Empresa tradicional y empresa digital. ¿Cuál es la tuya?

En la pasada edición de la Red Innova 2011, y con esto terminamos nuestro repaso a las ponencias que allí se desarrollaron, me llamó la atención la realizada por Guido Grinbaum. Guido Grinbaum es Ingeniero Industrial de la Universidad de Buenos Aires y fundador de dridco, covedisa, deremate.com, etc. Una persona con amplia experiencia en empresas digitales.


Y sobre eso versaba su ponencia, precisamente, las diferencias en el ADN entre empresa tradicional o empresa digital. Más en concreto, su título era "Organización digital vs organización tradicional".

Guido no dice que una tipo de empresa sea mejor que otra, sino que ambas tienen diferentes organizaciones y por lo tanto, métodos de gobierno también distintos. Lo que nos debe quedar claro, por lo tanto, es si nuestra empresa es tradicional o digital, y ver si estamos gobernándola o nos están gobernando de la forma adecuada.

Para ello, expone 3 tipos de empresas:
  • Tradicional: su modelo de negocio era previo a la existencia de Internet. 
  • Digital: no podría operar sin Internet.
  • Mixtas: son más complejas, reúnen un modelo de negocio que ya existía antes de Internet, pero que varía o recibe nuevas líneas de negocio tras la irrupción de la red de redes.

Después introduce el MEME. Además del ADN, que guarda la información genética única de cada persona, existe el MEME, la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro. El ADN cultural de cada persona.

El ADN es invariable, nuestro MEME lo podemos cambiar, de hecho lo cambiamos continuamente.

En una empresa, también existirá ese ADN de la empresa, de la gente que forma parte de ella. EL MEME sería su misión, visión y valores. Y también tiene la estructura, procesos y paradigmas.

Nuestros MEMES se puede asemejar a nuestro aprendizaje. A las conexiones sinápticas que se producen entre nuestras neuronas mientras aprendemos; conexiones, chispazos, que van ocurriendo y variando a lo largo de nuestra vida.



Los MEMES de compañías tradicionales y digitales son muy diferentes. La cultura es distinta:
    - Expectativas empleados:
        - Tradicionales: Su personal se mueve con paciencia en cuanto a sus anhelos y objetivos. Hacen sacrificios y esperan conseguir mejoras a medio y largo plazo.
        - Digitales: Su personal exige satisfacción inmediata. Lo quieren rápido.
    - Volumen de equipos:
        - Tradicionales: equipos grandes.
        - Digitales: equipos de trabajo pequeños.
    - Acción:
        - Tradicionales: se llega a la acción tras un proceso de planificación, diseño, etc. Implantación fruto de meses.
        - Digitales: la acción es lo primero. Se requiere inmediatez en la implantación.
    - Maduración del producto:
        - Tradicionales: el producto se pone en la calle cuando está totalmente finalizado y conceptualizado en la compañía.
        - Digitales: el producto se pone en crudo en la calle y se "termina" con el feedback de los propios clientes.
    - Necesidades:
        - Tradicionales: identifican primero la necesidad e intentan cubrirla.
        - Digitales: crean un producto y con ello, la propia necesidad para su consumo.
    - Estructura:
        - Tradicionales: estructura piramidal. Estática. Información centralizada.
        - Digitales: estructura casi de mitosis, en red. Cuando la organización tiene una madurez, se duplica en 2. Y así sucesivamente. Adaptable. Información descentralizada.
       
Este último punto nos indica que las empresas digitales, innovadoras, deben ser manejables, pequeñas, ágiles. Una estructura piramidal de muchos empleados, no puede, según Guido, cumplir las necesidades de una empresa digital. Al final, igual que las neuronas, se debe crear al menos células de trabajo independientes. Que pueden tener sinergias y "chispazos" entre ellas, como en la sinapsis entre neuronas.

Y por último, un concepto incluso nuevo también en la contratación de personal. NO un solo responsable de RRHH o técnico que entrevista y evalúa a un candidato. Si el candidato está orientado a una célula de trabajo, le evalúan y entrevistas diferentes actores de esa célula: responsable, subordinado y técnicos a su misma altura. Entre todos tendrán una visión global más adecuada de la idoneidad de esa persona para encajar en la célula y adaptarse mejor a la misma y a sus relaciones internas.



Desde mi punto de vista quizá muchas aseveraciones sean un poco radicales, pero es un ejercicio interesante el pensar cómo, en nuestro entorno más cercano, nos encontramos rodeados de empresas que se dicen "innovadoras" y "digitales", pero que están totalmente en contra del modelo que Guido nos propone: son lentas, pesadas, jerarquizadas, piramidales, etc. ¿Quién no ha trabajado en una compañía que decía ser completamente innovadora, totalmente orientada a Internet y que funcionaba igual que una empresa de fabricación de tornillos de 1960? Yo levanto la mano ya. :-P

¿Es posible innovar en esas circunstancias? ¿Estáis de acuerdo con el análisis de Guido? Se abre el turno de preguntas. :-)